Es triste ver como alguien a quien se aprecia se va... y si además forma parte de tu vida, desde tiempos inmemoriales (siempre digo que desde los 5 años) y te ha acompañado en los momentos buenos y malos con lo que mejor sabía hacer: expresarse con la voz, con las melodías, con su cuerpo para alejarte o acercarte a este mundo terrenal... pues peor.
Tarde o temprano tenía que acabar así, por desgracia. No tuvo una infancia como los demás niños, ni una adolescencia como los demás jóvenes. Era casi tan criticado como adorado. Los "tabloids" le perseguían porque era noticia en cualquier momento, lo de menos era si podía ser buena o mala la información. Lo importante era vender periódicos. Y el resto de medios de comunicación, andaban a la zaga, explotando todas la posibilidades para ser los mejores (o peores) informadores.
Cada uno conoce la frase "Todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario". Para él no existió. Él era culpable hasta que se demostrase lo contrario. Se habló de infinidad de pruebas que le culpabilizaban de delitos súmamente reprochables. Pruebas que jamás aparecieron; y no fue que se ocultaran, no, es que ni siquiera existieron.
Hipocondríaco hasta la médula, sólo tuvo que dejarse llevar por los consejeros médicos que le rodeaban. Para crear una dependencia innecesaria. El problema es que no sólo los médicos estaban ahí para malaconsejarle, había más gente que al final le llevó a la situación humana que desembocaría en su fallecimiento.
Aún así, hemos podido ver, de nuevo estos días, inmensas pruebas de afinidad y cariño hacia su persona. Te queremos.
Descansa en paz Michael.